Recuerdo cuando era pequeño, a lomos de ensoñaciones y de campamentos infantiles uno iba conformando un planeta imaginario de deseos y anhelos por explorar. Allí, en ese lugar de nunca jamás se recreaban historias imaginarias de tierras lejanas que un día debía intentar ver. En aquellos lugares debía conocer a otras gentes, empaparme de otras culturas , sentir y vivir por mi mismo algunas de esas cosas que los libros nunca pueden explicar. En definitiva , aprender con el viajar para ir en busca de lo que la vida y el mundo ofrece.
Fueron quizás aquellos campamentos y esos libros de aventuras los que crearon sin yo saberlo esa pasión por el viaje y el descubrimiento. A lo largo de la juventud todas aquellas historias infantiles se vieron multiplicadas por otras nuevas que iban apareciendo en forma de mapas, libros, ideas, personas y de nuevos sueños.
Cuando uno va creciendo en algunas ocasiones va pudiendo mirar para atrás y valorar parte de lo vivido. Y es en esos momentos de calma y reflexión cuando uno se reconforta al haber logrado sentir y vivir algunos de sus sueños. Se produce esa sensación extraña de nostalgia por aquellos lejanos tiempos donde con cierta inocencia se veía a uno mirando con atención aquellos vetustos Atlas. A lo mejor sigo siendo un ingenuo o un soñador, pero recuerdo y admiro ese estado donde un libro tenía la capacidad de impulsar una aventura y un sueño. Algunas vidas se transforman al haber pasado algunas páginas para ir en busca de algunos de aquellos lugares que uno veía con letras doradas en aquellas bolas del mundo que hacía girar. Esos espacios marcados con colores y con nombres extraños que en la Historia habían sido vistos por grandes viajeros, comerciantes , aventureros, científicos y exploradores.
En aquellos tiempos donde yo soñaba , unas veces con lejanos mares, otras veces con montañas y desiertos, en ocasiones aparecían legendarias ciudades o aldeas desconocidas. No había Internet, eran libros y mapas los que me hicieron amar esa palabra vieja, honrada y sabia que se llama VIAJAR.
El maestro Colin Thubron dijo aquello de que » Viajar es entender, y la gente es lo importante, viajando comprendes que no eres el centro del mundo». Y fue con maestros como Thubron como uno va iluminando algunos nuevos sueños y viajes. A lomos de páginas como las que escribe el genial viajero británico podemos llegar al pasado y al presente de lugares tan sumamente fascinantes como esa legendaria Ruta de la Seda que quizás se representa con ese lugar llamado Samarkanda.
Hoy, en pleno siglo XXI Internet ha democratizado la información y de una forma racional el viajar se ha convertido en muchos casos en un acto de desplazarse de un lugar a otro. Sin embargo, sigo creyendo que a pesar de los convulsos tiempos en los que nos ha tocado vivir hay espacio para la aventura y seguir honrando el acto de viajar y explorar. Quizás ya no sea en rincones , sino en personas, quizás el viaje siga siendo una de las formas más auténticas y nobles de identificar el humanismo. A pesar de los avances tecnológicos uno tiene que decir que los libros siguen siendo la manera que une el viaje con los sueños. Y todo ello pese a los avances que el mundo ha experimentado en el pasado siglo y que en algunos casos hacen a uno dudar de si todo eso que llamamos progreso es bueno en su totalidad.
Durante años siempre he sido visto en ciertos entornos como el que tenía pájaros en la cabeza, durante el colegio o la Universidad la mayor parte de mis amigos o familiares no podían entender aquella fascinación por el viajar. En aquellos primeros viajes uno iba encontrando gente viajando en estaciones y hostales, pero en los últimos años, con la irrupción de Internet he podido encontrar a otras personas con las mismas pasiones viajeras.
Y hoy es uno de esos días en que me reencuentro con algunas otras personas apasionadas por el viaje. Internet ha sido el catalizador perfecto para unir personas con una misma pasión y que sienten el viaje dentro. Voy en unas horas rumbo a Gredos para un nuevo encuentro del Travel Bloggers Meeting. Será tiempo de conversaciones viajeras, de disfrutar con buenos amigos de historias que nos lleven a alguna parte, quizás a ese indefinido lugar del próximo viaje….
Hoy la cita es : » El viaje debería hacernos más humildes » Manuel Leguineche
Ya sabes, historietas y reflexiones viajeras sin contar con el SEO 😉
Buenas reflexiones, buena cita final…y mucho identificarme con lo que cuentas 🙂
Un abrazo!
J