Tengo la mochila llena de polvo, la aventura se aparca de nuevo tras cuatro intensas semanas por Asia Central. Todavía siento en mi ser la fascinación de este mes viajando por Uzbekistán y Kirguistán. Si alguien se pregunta que me lleva a irme a las tierras del planeta más alejadas de un océano la respuesta es clara: Mi pasión por el viaje y la aventura unida a las dosis necesarias para seguir aprendiendo del mundo y de uno mismo. Todo ello se une a la rica Historia y a las influencias que los grandes libros van conformando en todo mi ser . Y es así como se van creando ese caleidoscopio fascinante de ensoñaciones que te hacen desear partir.
Desde hace muchos años resuena en mi mente y corazón unas mágicas palabras: Ruta de la Seda. Antaño fue la mayor red de conocimiento, comercio e ideas, un enorme conjunto de arterias que conectaban Occidente con Oriente. Y es a lo largo de esa red donde tuvieron lugar algunos de los más fascinantes encuentros e intercambios que el ser humano ha conocido hasta la fecha.
A pesar del evidente declive de aquella ruta, sigue siendo un conjunto de lugares y ambientes que evocan a una forma de viajar antigua, romántica, sosegada y bella. El conjunto de etnias, culturas, religiones y fronteras hacen que a uno se le ilumimen los ojos y el corazón al escuchar nombres como : Samarcanda, Bújara, Valle de Ferghana, o Issyk Kul. Nombres que parecen inventados por un fabulador infantil cuyo objetivo sea llevarnos al planeta de los sueños y la aventura.
El declive de la Ruta de la Seda se iniciaba cuando se abrieron las rutas comerciales marítimas y se prolongo dramáticamente durante setenta años bajo el aislamiento y yugo de la dictadura soviética. Durante muchos años el hermetismo del régimen comunista cortaba al viajero occidental de la posibilidad de viajar por estas tierras. Recientemente los fantasmas y las sombras de aquella milenaria ruta están abiertos para quien quiera descubrirlos, todo ello pese a los constantes problemas étnicos, religiosos y de fronteras .
Y es allí , en la lejanía de Asia Central donde aparecen algunas de sus diversas arterias con ciudades fascinantes , con paisajes espectaculares y con lugares donde el viajero antiguo reposaba tras los largos viajes. La fascinación ante un mundo lejano y diverso que tanto ayer como hoy fascinan a los que se aventuren por estas tierras.
Fueron aquellas caravanas las que llevaron el conocimiento y pusieron el contacto productos e ideas entre Oriente y Occidente. A veces al dormirte sueñas con aquellos Caravasar donde se hablaba de productos y de lugares que fascinaron a algunos de los grandes viajeros de la Historia.
Y hoy a pesar de que viajar suele ir ligado a las formas que tenemos en el siglo XXI, el viaje por algunos caminos de la Ruta de la Seda pone en cierto jaque a nuestro mundo marcado por la inmediatez de las tarjetas de crédito o de Internet. Y es que en ciertos lugares de Asia Central el viaje pone al viajero ante unas condiciones que recuerdan a lo que fue antiguamente. La paciencia, la instalada burocracia, la negociación constante, la dificultad del día a día, un ligero peligro que siempre está presente o la inexistencia de la palabra tiempo hacen que la noble palabra viajar nos evoque a una forma antigua y alejada muchas veces o casi siempre de la palabra turismo.
Dificultades variopintas que se presentan al viajero diariamente : la carencia de infraestructuras, un transporte público inexistente que te obliga quieras o no a compartir siempre taxis colectivos con desconocidos , la imperiosa necesidad de acudir al mercado negro a cambiar dinero, el aislamiento enorme del idioma ante la imposibilidad de comunicarte en inglés en gran parte del camino, o la dificultad muchas veces de encontrar alojamientos son simplemente algunas de las barreras que va poniendo el viaje por estas zonas del planeta.
Sin embargo todos esos peros y dificultades estimulan de alguna forma al viajero independiente, los regalos aparecen cuando el tiempo se relativiza y la paciencia se convierte en la virtud que se necesita para viajar por estas tierras alejadas de la mano de Dios. Las sombras de una forma de viajar pausada y antigua aparecen muchas veces en los diversos caminos de la ruta. En muchos lugares aparecen los fantasmas de los grandes viajeros y exploradores , se nos muestran bajo un minarete , en un desierto desolado o dentro de un bazar. La arquitectura y los colores se fusionan en los atardeceres maravillosos cuando la luz del sol se va y la maravilla de viajar nos muestra una belleza mágica que se sucede en ciudades milenerias, en desiertos, en preciosos lagos o en altas montañas.
Y es en esta parte del mundo donde uno honra la memoria de aquellos grandes viajeros que nos precedieron y que se aventuraron en lo desconocido: Marco Polo, Ruy de Clavijo, Matteo Ricci, Sven Hedin o Nikolai Przewalski son simplemente algunos de los nombres de leyenda que pusieron sus huellas en esta parte del mundo. Y a veces, si eres paciente puedes escuchar sus grandes y nobles historias, unas vidas y consejos que tanto hoy como ayer sirven para conectar el pasado con el futuro y unir la cultura con el conocimiento y la aventura. Todo ello en un mundo de fantasmas y sombras donde el tiempo no existe y donde el auténtico regalo no es llegar sino simplemente IR.
Hoy la cita es : » Viajar es necesario; lo es porque la gente no es igual en todas partes, y sólo viajar te da la oportunidad de conocerla, de descubrir al otro. Viajar es entender. Viajando dejas de creer que eres el centro del mundo; experimentas cosas nuevas, extrañas algunas, muchas inolvidables « Colin Thubron
Hola Victor. Yo también soy asturiano, temporalmente vivo en Bilbao por trabajo. Suelo venir por Oviedo cada 2 o 3 semanas, así que si quieres tomar una cerveza ya sabes donde ando. Un abrazo viajero
Hola Iván,
Enhorabuena por el blog, está muy bien !!
Me ha gustado mucho el relato de la ruta de la seda, espero un día poder conocerla.
Saludos.
Hola Paco. Gracias por pasarte por el blog y por tus palabras, sin duda que algunas de las partes Ruta de la Seda será un viaje que no te va a dejar indiferente. Un abrazo
Ha sido una alegría dar con tu blog, ademas has hecho uno de los viajes que me encantaría hacer, espero la vida me de tu oportunidad.
Un saludo viajero
Gracias Antonio, nos vemos por Oviedo. Un abrazo
Hola Iván, enhorabuena por compartir con tanta pasión tus viajes y vivencias. Nos vemos por Oviedo. Un abrazo.
@ Claudia: Pues gracias, me alegro que te haya gustado 😉
@Pau: Gracias. La verdad es que hay lugares fascinantes, aunque a veces se hace duro el viaje por esas latitudes
Qué maravilla Iván, me han dado ganas de dejarlo todo e irme a conocer la ruta de la seda 😉
me ha gustado mucho esta entrada, la manera en que la has narrado y lo que cuentas.