En la capital Búlgara tuve una de esas conversaciones que compensan un día o que incluso justifican un viaje. Durante tres horas estuve charlando con Eric, el propietario del Peace Hostel en Sofia. El bueno de Eric es profesor de Universidad en la Facultad de Económicas, y habla español tras su paso por Madrid para acabar su Doctorado. Hombre docto, inteligente, abierto y parlanchín tiene una mirada honesta y limpia que hizo muy grato conversar con él durante su estancia en su hostel. Un hombre así , leído y viajado no podía dejar de tener una visión crítica y sin duda resultó ser una persona perfecta para conocer un poco de la idosincrasia del país y del antiguo Este. Así comenzaba mi viaje a los Fantasmas Balcánicos en mis primeras horas en Bulgaria, viajando a la Historia de aquel rojo y viejo Telón de Acero.
Hay una cosa que siempre me ha llamado poderosamente la atención en el antiguo Este , se trata de la gente mayor de 50 años, personas que han vivido los dos sistemas en edades adultas. Una persona como Eric tenía la mirada de los dos Sistemas y era sin duda alguien que podía explicarme parte del pasado para entender el presente e intuir el confuso futuro.
A menudo las imágenes que más me hn hecho pensar en mis viajes han venido de esta parte del mundo y de las personas ancianas. El viejo Este de Europa por un lado y sobre todo la antigua Unión Soviética siguen siendo lugares de tremendo interés para el que esto escribe. En las ex repúblicas soviéticas y en la madre Rusia siempre he echado de menos no poder llegar a ciertas gentes e historias por la enorme barrera idiomática del ruso. Pero siempre he actuado como un curioso observador que iba buscando algo más allá de los lugares turísticos.
Y es que esos nuevos países siguen siendo un auténtico campo por explorar para el viajero occidental. En sus rostros he visto muchas veces el sentirse desencajados, como si el agua que conocían se la hubieran llevado y ahora nadasen a contracorriente en unas turbulencias que no saben por donde soplan.
En ciertos países uno ve a las abuelas, con sus rostros fatigados y con básculas para que la gente se pese, por unos 10 o 15 centimos de euro. Unas miradas que muestran el cambio del modelo, de pasar de aquel régimen comunista a lo actual que tienen ahora, no sé si llamarlo capitalismo, libre mercado, o sálvese quien pueda.
Ver aparcados un Mercedes al lado de un Lada es una imagen dantesca y puede ayudar a entender el cambio , es algo que siempre me ha llamado la atención, ver convivir coches de lujo con aquellos viejos utilitarios . Y son imágenes así las que nos ayudan a entender y suele marcar parte del paso del tiempo que nos hace recrearnos ante el pasado que se transformó en un nuevo modelo. Cuando te paras a pensar puedes ver que apenas han pasado dos décadas de aquello. Un Sistema que naufragó por las ansias de Libertad y que se venía abajo con la caída del Muro de Berlín y el desplome de la Unión Soviética.
Y Eric me contó historias, incluido la de su madre antes de fallecer, que vivía con 60 euros de pensión al mes pero que en medicinas gastaba más de esa cantidad. Me habló de tiempos en que la gente no aspiraba a demasiado, tan sólo se preocupaban por vivir, sabiendo que el Estado y el Sistema controlaba parte de lo que se debía hacer. Luego surgieron las dudas sobre todo, sobre aquellos que son inquietos y necesitan salirse del status quo del Sistema. Personas que en cualquier sociedad emprenden para generar riqueza y empleo. Posteriormente aparecieron problemas sociales, económicos, la presencia de la corrupción política o de las mafias. Y así fueron transcurriendo las horas entre risas de una buena conversación y dando cuentas a la excelente cerveza local.
Para acabar y antes de irme a cenar , el bueno de Eric me dejó un libro desgastado con medio siglo de vida, se trataba de la Historia de Bulgaria en español. Al final solamente pudo leer un par de capítulos del siglo XX y resultó ser un libro que era propaganda del antiguo Partido Comunista de Bulgaria.
Además del libro me dijo que debería ir a visitar un museo nuevo y no demasiado conocido, se trataba del Museo de Arte Socialista, un espacio donde como en otras ciudades se almacenaban los restos de estatuas, cuadros y algunas reliquias de los tiempos comunistas. Eso unido a visitar el Monumento a los Soviéticos me daría ese viaje a la Historia que siempre me apasiona. Y claro, además de callejear y perderme por calles y barrios alejados del Centro, miradas que recuerdan un tiempo perdido en el que para algunos quizá si fue mejor.
Y allí, como en Moscú estuve en un museo que nos recordaba a genocidas como Stalin o Lenin, también había estatuas con rostros de soldados anónimos, con cuadros de campesinos y trabajadores que eran parte de lo que representó aquella hoz y el martillo que hoy resulta tan lejana en el tiempo. De aquel museo a pasear completamente sólo por el monumento a los Soviéticos en el parque de Sofia, fue inevitable no recordar al de la capital alemana, pero ahora estaba caminando completamente sólo y sin decenas de turistas como en el de Berlín.
Ahora tenía delante a esas estatuas que homenajeaban como en otros países a aquellos soldados rusos y a quella Madre Rusia que desde Moscú controlaba a medio mundo. Allí todavía se escuchaban llantos y disparos de unos tiempos no muy lejanos como indicaba aquella estatua del hombre sin brazos . Y al cerrar los ojos pude ver entre los bosques y el agua a Patrick Leigh Fermor viajando por aquí antes de que la Europa entrase en el baño de sangre que iba a llegar en año 1939…
Hoy la cita es : » Los Bálcanes tienen más Historia de la que pueden asimilar » Winston Churchill
Hola Iván, he llegado a tu blog después de que me dejaran para leer un libro de ‘Paddy’ Leigh Fermor. Justamente a principios de mes estuve también en Bulgaria, aunque sólo un día, ya que realmente estuve en el lado griego explorando los restos del Telón de Acero que separó Grecia y Bulgaria durante casi 50 años. Si te interesa:
http://andreasmarkessinis.com/blog/frontera-grecia-bulgaria/
Y algunas fotos:
http://andreasmarkessinis.com/photography/index.php?album=iron-curtain-greek-bulgarian-border
Hola Andreas. Muchas gracias por el comentario. Muy interesante tu mirada y bellas fotos. Espero que haya sido especial la lectura del libro de Leigh Fermor. Un abrazo viajero