Dejo la pereza que me ha acompañado los últimos meses y de nuevo le doy a la tecla, y lo hago tan solo unas horas después de haber aterrizado de vuelta en España. Tengo la mochila en el suelo del salón, con los billetes de avión esparcidos sobre la mesa y la ropa sucia yace desparramada junto a unas libretas de notas que mantienen un olor a salitre de mar que todavía impregna mis pertenencias.
Ahora siento el normal cansancio del viaje de vuelta, pero con la calma necesaria me invaden ya las primeras emociones y sensaciones de lo que dejo atrás. Como tantas otras veces, las experiencias me hacen reflexionar sobre lo vivido, y veo que he realizado un viaje muy bonito y especial durante tres semanas por algunos enclaves de Filipinas.
Las notas y las letras se mezclan en inglés, español y tagalo para acoplarse de forma natural con numerosas imágenes y miradas que quedan grabadas en mi memoria y corazón.
Ha sido un viaje que se me ha quedado muy corto y que me pide con fuerza repetir el destino para poder explorar infinidad de lugares que no he podido ver. Es ahora, con la resaca de lo vivido, cuando proyecto y sueño con un nuevo viaje que me lleve a surcar los hermosos parajes de unas islas demasiado bellas.
Filipinas era un país que tenía postergado desde hace tiempo, desde aquel viaje vuelta al mundo en el que por diversos motivos no pude pasar por allí. Avatares del destino y fruto de la casualidad, ha sido ahora cuando llegó el momento de pisar aquel país que fue colonia española hasta finales del siglo XIX.
Durante los pasados cinco años he aplazado un encuentro que de alguna forma consideraba especial, en todo este tiempo he vuelto varias veces a Asia y he viajado en diversas ocasiones por la antigua Unión Soviética y los Balcanes, sin embargo el viaje a Filipinas siempre estaba ahí, hibernando y postergándose, como también lo está el de Birmania.
Filipinas ha sido como el encuentro con un lugar en el que ya hubiera estado en el pasado, como si en otra vida ya hubiera sentido el rugir de sus olas y la incesante lluvia tropical que lo impregnaba todo.
Mientras algunos amigos cercanos me hablaron del país durante los pasados años, yo fui alumbrando mi universo particular con diversas lecturas que se han ido agolpando en mi memoria. Filipinas estaba grabado desde hace tiempo con letras de fuego, con mucho cariño y con la profunda admiración que siento por el viaje de aquella primera vuelta al mundo que finalizó el ilustre marino vasco Juan Sebastián Elcano con la nao Victoria. Fueron aquellas islas Filipinas la tumba de un Fernando de Magallanes que dirigió y comenzó aquella epopeya que quedará por siempre grabada en los anales de la exploración humana.
Y a aquellos trazos literarios le siguieron otras notas y lecturas sobre los ilustres Miguel López de Legazpi y Andrés de Urdaneta, sin olvidarnos del guiño que mi querido Manuel Leguineche le hizo a los últimos de Filipinas que vendieron cara la piel en Baler.
Miro por la ventana de mi casa de Barcelona y no veo el mar que baña las Filipinas, pero siento cercanos el brillo constante de su azul infinito y de algunas playas desiertas.Todavía tengo en mi paladar el peculiar sabor de la cerveza San Miguel que ejerce como bebida nacional. Vislumbro a lo lejos un reflejo arco iris con unos peces de colores que se me han quedado grabados en mi retina. Miro al infinito y pierdo la mirada con la belleza suprema del ocaso del sol en unos atardeceres mágicos.
Un día tras otro siento el agua sobre mi piel y el incesante sonido de la lluvia monzónica que golpeaba con fuerza el cristal de la ventana.Recuerdo con humor algunas palabras en tagalo y sobre todo pienso en las gentes de Filipinas, quizá con las laosinas las más nobles y cercanas que me he encontrado en Asia.
Son solamente palabras y notas sueltas que van cogiendo forma sobre el teclado, pero de eso se trata cuando la escritura va adobada con diversas emociones y sentimientos…
Hoy la cita es: «Todos los viajes tienen destinos secretos sobre los que el viajero nada sabe”. Martín Buber
@Laura: Es un país que me ha fascinado y al que espero regresar nuevamente, merece mucho la pena.
Vaya sitio paradisiaco las islas filipinas. Un lugar de naturaleza.magnifico articulo
@Joanne: Gracias por el comentario, me alegro que te haya gustado 🙂
Me ha alegrado el día leer esto 🙂
@ Diego: Gracias por el comentario, me alegro de que compartamos profesión y pasión por los viajes.
@ Coco: Un país fantástico, yo también volveré y espero hacerlo en breve, me ha fascinado.
Paalam ! Ivanin, grandes recuerdos en uno de mis mas amados países… Volveré.
Estimado colega, di con tu web, porque repentinamente me volvió a picar el bicho del viajero.
Esta profesión de Ing agrónomo, me permitió visitar Australia Nueva Zelanda Francia Inglaterra Canadá Brasil Paraguay Chile Bolivia Uruguay etc pero ahora concentrarme en la producción , de algún modo me aíslo, o me aísle.
Te felicito por tus viajes y lecturas, y por tan noble profesión que también compartimos.
Ojalá en el corto plazo retome mi actividad viajera y, pueda volver o conocer nuevos destinos. Los seguiré en la web.
Cordialmente
Diego