Nota: La Mirada del Club de los Faltos de Cariño es el prólogo que hice hace varios meses para » Crónicas Asiáticas» . Es el libro personal ( en pdf) de las historias , vivencias, reflexiones y aventuras que el viajero Iñigo Urrutia realizó durante doce meses viajando por Asia. El nombre » La Mirada del Club de los Faltos de Cariño« es un guiño al Maestro Manuel Leguineche , a su humanismo y a sus experiencias como viajero y escritor.
La mirada del club de los faltos de cariño
A continuación escribo estas palabras introductorias a modo de prólogo para aquellas personas que vayan a leer las experiencias y reflexiones de mi amigo Iñigo en su devenir por Asia .La casualidad y el destino hizo que nos encontráramos en Laos, desde el primer momento que nos cruzamos no sentí que estaba ante un extraño, sino que tenía ante mí a un nuevo amigo y a una persona que proyectaba en sus ojos, sonrisa y corazón algunos de los mismos sueños y anhelos infantiles que yo tengo.
Veía a una persona que al igual que yo mismo estaba viviendo su sueño personal de viajar durante muchos meses sin la prisa del reloj o de un billete con fecha de regreso. Ante mí estaba una persona que con la inocencia de su mirada transmite su innata curiosidad por conocer a otros seres humanos, por llegar a nuevas tierras, por ver, sentir y vivir lo que el Mundo nos ofrece en todo su esplendor.
Viajar es un verbo que no conoce la monotonía y que nos lleva a conocer parte de quiénes realmente somos. Asia es el lugar donde acontecen estas crónicas, un fascinante continente lleno de diversidad, de antiguas y fascinantes culturas, donde un crisol de colores, aromas y sabores se conjugan muchas veces en medio del caos. Un sin fin de lugares fascinantes que van ligados e inseparables a seres humanos que con una sonrisa y una alegría innata siguen fascinando y dando muchas lecciones al Viajero Occidental. Sin duda Asia es un conjunto de tierras que fascinan a todos aquellos que soñamos con pasar y vivir páginas de la Aventura y de la VIDA, en ese universo de países y leyendas transcurren las páginas que siguen a continuación.
Durante un viaje de tantos meses se dan muchas situaciones para pensar y dudar de lo aprendido. Se tienen muchos motivos para contrastar y cuestionar una realidad que nos cuentan en un mundo teórico y anclado en un tiempo que no avanza o que va teledirigido en una dirección que nosotros no controlamos. Creo que hay que tener la capacidad de atreverse a mirar con los ojos de niño ese mundo que a partir de cierta edad te obligan a mirarlo con unos ojos sin inocencia. Hay que querer seguir viendo la vida con los colores del arco iris y dejar de lado el color gris que nos impone un sistema demasiado interesado en vernos como consumidores y no como soñadores.
La belleza del viaje es que un sin fin de emociones, sensaciones y experiencias vitales se conjugan en sintonía cuando las palabras IR y VIAJAR se acoplan a ti mismo y cuando tus pertenencias se reducen a una mochila cargada de sueños.
Tras un viaje como el que Iñigo ha terminado, físicamente eres la misma persona, pero en el fondo e interior de ti mismo han cambiado muchas cosas. Debido a todo lo visto, sentido, conocido y vivido, es imposible volver a ver muchas cosas desde el mismo punto de vista que antes de partir. Cuando uno se enfrenta a un viaje de estas características sabe o intuye que en su interior algo va a cambiar, aunque muchas veces desconozcamos que va a ser. No obstante ese enriquecimiento vital solamente puede obtenerse cuando el tiempo y la posesión pasan a no tener importancia y simplemente uno se deja llevar por la magia del camino y la aventura.
Sin duda la palabra Viaje va unida a muchas cosas, una es obviamente el ver nuevos lugares, pero para muchos es una parte fundamental de la Vida, un conjunto de experiencias que ayudan en el desarrollo personal y educativo de la persona, situaciones que ayudan a madurar, a aprender de diferentes realidades, sociedades, culturas y personas. Al ver diferentes mundos se produce una transformación vital y se experimentan sensaciones que sólo pueden producirse cuando haces, vives y ves. A ello se añaden unas nuevas percepciones del código de valores personal, al ir viajando se empieza a valorar todo lo que uno tiene y que en el día a día no se valora. Cosas tan obvias como una ducha caliente, agua potable, un sistema sanitario, una biblioteca pública ,una educación gratuita o una familia unida, adquieren la verdadera dimensión que tienen cuando se ven las duras realidades en latitudes menos favorecidas.
Muchas de las lecciones aprendidas en los libros se convierten en simples teorías, los parámetros de conducta establecidos anteriormente se ven replanteados ante unas realidades totalmente nuevas, muchos de los tópicos se convierten en dudas y empiezan a cuestionarse realidades dadas por absolutas en nuestros países de origen.
Los viajes siempre han estado ahí, forman parte de la esencia del ser humano, son parte básica y fundamental de la historia antropológica, cultural, social e intelectual de la humanidad. Están presentes en todas las culturas, y gracias a ellos el ser humano ha progresado, crecido, conocido nuevos territorios, nuevos cultivos, costumbres, culturas, sabores. Gracias a los viajes el ser humano amplió sus miras y gracias a ello sus destrezas intelectuales y sociales se vieron multiplicadas.
Creo que la mirada del viajero adulto puede ir ligada de forma inseparable a la curiosidad e inocencia de un niño con su capacidad innata de asombrarse ante lo desconocido. Y todo ello con la ética de aquellos que sienten una devoción natural, franca y sincera por los desposeídos , por las gentes que forman el club de los faltos de cariño. Los que para muchos son parías, para Iñigo son la materia prima del mundo, de sus viajes y quizás de su propia vida. Son esas historias olvidadas y anónimas las que forman la base de la que se componen muchas de las experiencias vitales del singular viajero vitoriano.
De ciudades inmensas a míseras aldeas, de altas cumbres al fondo de los mares, de la sonrisa de un niño a la sabiduría de un abuelo. Las maravillas de las que hablaba Marco Polo van conformando parte de la vida y experiencias del libro de aventuras que sigue a continuación y que nos lleva a soñar con un mundo mágico y fascinante.
En las páginas que tienes ante ti hay historias inolvidables y todo un universo de colores, de sensaciones, emociones y contradicciones que enamoran y que lleva la huella de los viajeros humanistas, aquellos que priorizan las personas a los monumentos y lugares. Se pasa de llorar ante la miseria absoluta a sonreír ante la fascinante belleza y todo ello disfrutando de la magia de los encuentros inesperados que aparecen en los caminos a aquellos que tienen una llama en sus corazones que les lleva a decidir partir.
Deseo a todos que disfruten tanto como yo he hecho con las historias de estas Crónicas Asiáticas, en ellas se plasman de primera mano la lecciones del Maestro Manu Leguineche, con aquello de que ¨Lo importante no son los paisajes, sino los paisanajes “ y de que » lo importante no es el destino, sino simplemente IR “. Con todo mi cariño y corazón, gracias amigo «Coco», por ser parte de mí Viaje y de mí Vida. Te deseo una larga Vida de Viajes, Aventuras y Sueños en ese lugar que tan bien conoces llamado LIBERTAD.
Te quiere, tu amigo
Iván
Hola Pau, un gran amigo y viajero el bueno de Iñigo 😉
Jejeje cuántas geniales anécdotas me has contado sobre Íñigo, ha sido un placer leer este prólogo.