La semana pasada estuve en la conferencia de Zigor Aldama en Bilbao, la temática era clara: » Que vienen los chinos». Ante un auditorio lleno a rebosar el genial reportero vasco mostraba sus fotos y reflexiones sobre el gigante asiático. Lo primero que me sorprendió en el lugar fue la presencia generalizada de gente mayor de 50 años y la ausencia total de estudiantes universitarios. Un choque generacional curioso e interesante que me hizo pensar si con la que está cayendo en España puede ser normal eso de que aparentemente sea la gente mayor los que están más interesada en China. Algo curioso y digno de mencionar la ausencia de universitarios y jóvenes profesionales menores de cuarenta años. Curioso en una región, la vasca, con diversas Universidades ( tanto públicas como privadas) y que cuenta con múltiples organismos que no paran de hablar constantemente de términos como innovación, internacionalización o emprender.
Una ciudad Bilbao, donde en los 16 meses que llevo viviendo florecen como setas eventos de emprendedores e innovación pero donde apenas hay actos relacionados con la globalización, con países lejanos, con viajes y la aventura o simplemente con el conocer realidades de otras partes del mundo. Por ello , el acto de la charla sobre China me pareció algo diferente y me agradó sobremanera el poder estar escuchando a un gran reportero y viajero como Zigor. Allí estaban entre otros algunos amigos, como el bueno de Iñaki , o la pareja viajera de Maribel y Roberto.
Por mi mente empecé a recordar mis meses de vagabundeo por China durante la vuelta al mundo y durante el Transiberiano. Pensé que ya iba siendo hora de volver a escribir sobre todas aquellas experiencias y aventuras de tan especial e inolvidable viaje. Cientos de anécdotas, de encuentros y desencuentros que me ocurrieron al conocer partes de uno de los países más fascinantes y contradictorios de todos en los que he estado. Un país que con sus grandezas y miserías se está convirtiendo en pieza fundamental del nuevo tablero económico y militar de este siglo XXI en el que nos encontramos. La charla fue genial y magistral por parte de Zigor, su conocimiento de la realidad asiática como viajero y profesional le llevo a mostrar la diversidad y la vida en China, y todo ello amenizado por decenas de fotos que acompañaban su charla.
En esos momentos me acordé del libro que tenía en la mochila, un «Hotel Nómada» que estaba leyendo y del que acababa de subrayar algunas frases como : «Dedicado a los viajeros, a quienes entienden el viaje no como una huida sino como un modo de conocerse a sí mismos; a quienes creen que al viajar se aprende. El destino, o los recursos que cada uno tiene para alcanzarlo, no es lo importante; lo que cuenta es la disposición, la mirada de aproximación al otro, al mundo que está fuera de nosotros».
Sin duda que aquellas fotos y lo que oía en esos momentos se juntaba con los recuerdos y me hizo volar en el tiempo. Me teletransportaba a la lejana China y a recordar vivencias allí acontecidas y que permanecen inmortalizadas con cientos de fotos y con las Moleskine apiladas en mi habitación . Y es entonces cuando pienso y veo en un instante todas aquellas experiencias, los encuentros y el aprendizaje de aquellos meses. De repente veo de nuevo que aún me quedan muchas historias y realidades de aquel viaje que cambió parte de lo que soy . Sin duda que los meses en Asia me marcaron como pocas cosas lo han hecho a lo largo de la vida. La calidad del aprendizaje social, personal y profesional de viajar por los gigantes India y China es algo que llevo muy dentro. Esa CHINDIA que agrupa a los dos gigantes asiáticos y que supone ya un cambio enorme en la forma en la que viven no solamente ellos, sino que afecta ya de primera mano a la sociedad occidental, a nuestros empleos , a nuestras economías y sobre todo al futuro que viene.
Y sin duda dos países llenos de rica Historia y que fascinan al viajero venido del mundo occidental. Son lugares donde la aventura se inicia muchas veces de la forma más inesperada al encontrarte con desconocidos ,al comenzar un nuevo día o simplemente al salir a la calle. Lugares donde muchas veces las cosas no son lo que parecen, donde el viaje te lleva a vivir fascinantes momentos y a conocer increíbles realidades. Países donde el aprendizaje se produce en cada momento y donde lo que allí acontece empieza a transformar parte del mundo. La exploración de esa vía hace que el viaje sea la mejor forma de aprendizaje, y que ante ello cualquier Master se quede obsoleto y hable de simples teorías. Y es que uno no para de aprender diariamente ante la fascinante aventura que es sentirse aprendiz y viajero en esa China que ha despertado tras siglos de oscuridad.
Y al escuchar hablar de China a Zigor pensaba en muchas cosas, y sobre todo recordé mi viaje. La leyenda de los grandes viajes y exploraciones hizo que muchos grandes viajeros como Matteo Ricci o Marco Polo pusieran hace muchos siglos en contacto a Occidente con la lejana China. Tiempos aquellos en los que no se hablaba de globalización y en los que esta parte del mundo oriental era la cuna de inventos, del desarrollo y de parte de la ciencia. Ahora vuelve a rugir con fuerza el dragón que estuvo dormido durante muchos siglos. Es famosa y totalmente de actualidad aquella cita de Napoleón diciendo « Cuando China despierte el mundo temblará». Y ahora estamos en esa época, un tiempo en la que China ya regula parte de la economía mundial y en donde incluso aparece como destino turístico de masas , en algunos casos ya es hasta el lugar elegido por muchas parejas occidentales en sus lunas de miel.
Y durante la charla empecé a recordar aquel inolvidable viaje, la llegada a Nanning tras un viaje de muchas horas desde Hanoi, la primera impresión que me supuso ser el único occidental esos días y sentirme constantemente observado. Maravillarme ante los paisajes espectaculares del río Li , Dehang, Longsheng o los parques naturales de Zhangjiajie y Wuyishan. Disfrutar el caos de las ciudades de provincias que se mezclaban con la paz de ciertas aldeas, unas realidades de vida en China que poco se asemejan a la que iba a ver y vivir en las grandes megalópolis como son Guangzhou, Shanghai, Wuhan, Beijing, Hangzhou, Fuzhou o Suzhou . La paz y la tranquilidad que se respiraba en algunos rincones del interior chocaban de lleno con el desarrollo espectacular de la nueva China, esa que es parte importante de la fábrica del mundo y que al igual que abre noticiarios económicos cierra fábricas en Ocidente. Son esos cambios los que afectan ya de primera mano a los balances de nuestras empresas y a las colas de las oficinas de empleo.
Me veo como viajero, pero también como un curioso ingeniero ávido por aprender que observa y descubre de primera mano muchas realidades de eso llamado globalización. Camino desorientado por calles y me siento observado muchas veces por cientos de ojos que ven pasar a un extraño con mochila venido desde la otra punta del planeta . Voy en buses urbanos y en trenes provinciales y soy un extraño venido de lejos , soy ayudado en estaciones por jóvenes estudiantes universitarios con ganas enormes de conocer historias venidas de otros mundos. Y es quizás a partir de ellos donde veo el cambio, en su innata pasión por aprender y progresar. Siento en esas mentes y almas inquietas el futuro que empieza a cambiarse ya en el presente actual, es esa juventud con ganas de comerse el mundo la que de verdad va a cambiar las cosas. Es quizá un nuevo ciclo mundial en el que la sociedad occidental se ha visto invadida por una apatía y conformismo generalizado que ha llegado a colapsar muchas cosas de su propio sistema.
Saboreo algunos de los manjares de la comida local mientras en la calle puedo ver ese extremo consumismo de una sociedad que nos dicen que se llama comunista. Pero a las primeras de cambio y a poco que uno observa ve que como en todo el planeta es el dinero lo que abre la puerta de cualquier lugar. Duermo unas veces en humildes hoteles y otras en hostales para viajeros. Y lo que siempre veo es a los nuevos ricos chinos derrochar el dinero en tiendas de lujo y como mucha clase media disfruta tomando hamburguesas en los McDonalds y Kentuckys Fried Chicken que inundan las ciudades. Algunos (cada vez más ) ciudadanos con cierto poder adquisitivo van de cools y hacen colas para tomar cafés en los nuevos Starbucks y helados en los Haagen Dazs. Precios que en algunos casos se equiparan a lo que me gasto en las tres comidas del día acudiendo a restaurantes populares.
Y ahora empiezo a recordar entre libros que se suceden, entre semanas que pasan sin cesar, entre posts que voy escribiendo. Voy poco a poco volviendo a aquellos amaneceres rodeados de bullicio, a aquellos almuerzos indicados por gestos, a las sonrisas de los niños, a las muestras de cariño de los abuelos al verme perdido cruzando la calle. Es ahora cuando despierto de mi letargo y empiezo a recordar aquellos hostales creativos o los hoteles insulsos a los que llegaba tras maratonianos viajes en trenes. Era ayer cuando saboreaba aquellas extrañas sopas antes de ir a estaciones de tren orwellianas , parece que no ha pasado mucho desde que me fascinaba por la aventura que significa viajar en China y por el maravilloso encuentro con aquellos desconocidos que al poco tiempo se convierten en amigos.
Una mochila cargada de sueños y de ganas de aprender que atraviesa parte de la nueva China y que me lleva a conocer de primera mano las nuevas realidades que ocurren en el gigante asiático. Un país fascinante y contradictorio que no deja indiferente al viajero, y que entre el caos ofrece a uno la capacidad de asombrarse ante el futuro que viene. Y todo ello admirando a un pasado en el que exploradores como Ricci y Polo honraban a unas nobles y eternas palabras como son el viajar y aprender…
Hoy la cita es:
«Los viajes son en la juventud una parte de la educación, y en la vejez una parte de la experiencia» Sir Francis Bacon
Ola Rui, o mundo de internet é muito pequeno. Até a próxima 🙂
Ivan como estás? Estava pela web a pesquisar sobre viagens quando dou de caras com uma foto tua. Cliquei e vim cá parar.
Excelente artigo de uma aventura de sonho! Dá realmente vontade de fazer a mala e de partir à descoberta!
Grande abraço!
Hola Juanjo. Pues te deseo una buena vuelta a la carretera y a la aventura. Ya sabes que eso de viajar fuera de temporada y el viajar con fresquillo viene parejo a tener menos gente » on the road», lo que muchas veces se agradece 🙂
Gran post!! A ver si cuando se vaya el frío me arranco a viajar un poco y puedo revivir otra vez esas sensaciones que acompañan el viajar!
Hola Mikel. Pues ni idea, pero lo cierto es que abundaba mucho más la gente mayor, apenas pude ver universitarios, y es algo que me sorprendió.
Curioso lo que dices sobre los asistentes. Parece que si que son más conscientes sobre China. El otro día hablando con una persona mayor me sacó el tema de China. Me deja intrigado eso. Igual es un tema que alguien más joven va a informarse a internet no a una charla. Pero no se mm..
@Alicia. Gracias, tengo ganas de volver a China. Me quedaron muchas zonas por ver, pero es un lugar donde pude vivir grandes experiencias y encuentros .
@Igor: Gracias, a ver si te escribo con calma y me cuentas. Disfruta tu aventura asiática 🙂
Felicidades! Un gran post! Leyendo artículos como este me siguen motivando en mi aventura Asiática.
Saludos compañero!
Muy bueno, Iván! Sí, supongo que tenemos que ponernos las pilas en conocerles y encontrar conexiones, ya que su venida es imparable. Precisamente estoy leyendo un libro ahora sobre un viaje por toda la costa China que también evoca todas estas sensaciones y vivencias que cuentas aquí… y tiene nada que envidiar a tu escritura, por cierto 🙂
@Antonio: Gracias amigo, cuentacuentos que es uno 😉
@Pau: Gracias amigo pau. La foto de abajo del todo es con Marco Polo en Hangzhou, en un día de perros de viento intenso y que no paraba de llover. Desde Oviedo hasta la lejana China para rendir tributo al bueno de Marco Polo 😉
@Ana: Realmente China es un lugar que no deja indiferente, con sus cosas buenas y malas. Pero sin duda es un lugar altamente recomendable que merece mucho la pena
Pero que bien escribes Ivan. Que facilidad para trasladar esas sensaciones unicas que despiertan (otra vez) ese inagotable gusanillo viajero. Seguire atento a tus post. Saludos.
Muy chulo el post! Si ya tenía ganas de viajar a China ahora mucho más… a ver cómo va la cosa y si me puedo ir el año que viene!!
Fantástica entrada Iván, dan ganas de pillar la mochila y perderse por el gigante asiático. Gracias amigo!