Viajar siempre es aprender y muchas veces te permite tener la capacidad de sentir la Historia en carne propia. Como si de un viaje en el tiempo se tratase, el andar tierras provoca de forma mágica un conjunto de emociones fascinantes que son de los hechos más hermosos que se producen cuando decides ponerte una mochila al hombro y salir a ver mundo.
La vieja Europa tiene en el Este a una escuela al aire libre donde puedes sentir un encuentro entre el presente y el pasado. Eso es lo que te impacta muchas veces al viajar por aquella latitudes, el encuentro cara a cara con un pasado reciente.
Cuando emprendí el presente viaje iba en busca de la Historia con mayúsculas del siglo XX. Mis viajes no suelen ir encaminados a relajarme , ni tampoco tengo la necesidad imperiosa de ir por el hecho de marcar con una cruz al visitar tal o cual atracción turística. Marcado por mi curiosidad , muchas veces intento viajar para encontrarme con hechos históricos que me ayuden a entender el mundo en el que vivo.
Y lo cierto es que llevaba mucho tiempo fabulando con viajar a Ucrania y era ahora cuando tenía la oportunidad de hacerlo. Aprovechando la ocasión, preparé todo para hacer una parada en la bella Cracovia y así poder encontrarme con uno de los nombres y lugares que definen la crueldad del ser humano: El Campo de exterminio nazi de Auschwitz.
Ciertos libros y la pasión por la Historia ha ido inculcándome a lo largo de los años unas inmensas ganas de ver y sentir algunos de los hechos que marcaron parte de la Historia reciente.
El Este del viejo continente ejerce esa constante atracción pues me permite vivir en carne propia un conjunto de sensaciones que no puedo experimentar en Europa Occidental. Polonia y Ucrania son dos países con una Historia tan rica como fascinante, pero a su vez a poco que miremos para atrás nos encontramos de lleno con hechos bañados en sangre y lágrimas.
Tengo nombres que resonaban en mi conciencia desde hace muchos años , pensar en la Historia reciente de Europa me llevaba casi siempre a pensar en lugares como Auschwitz, Crimea, Chernóbil, o el Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial con la Batalla del Dniéper. Avanzar en el presente viaje era hacerlo a lomos de sangre, llantos y batallas que llevan a entender la sin razón del ser humano y la cruel barbarie con sus semejantes . El horror del que hablaba Joseph Conrad en «El corazón de las tinieblas» golpeó en el siglo XX con mucha fuerza en estos dos países que tienen su geografía localizada entre dos imperios como Alemania y Rusia.
Polonia y Ucrania son países que vieron sus fronteras alteradas durante el siglo XX. Alemania y la entonces Unión Soviética firmaron en 1939 un pacto de no agresión, pero como todo sabemos fue papel mojado pues solamente dos años más tarde Hitler puso en marcha la Operación Barbarroja para invadir la URSS. Durante la Segunda Guerra Mundial se vivió el infierno en la tierra en diversos lugares de estos dos países.
La invasión de Polonia fue doble, tanto por las tropas nazis como por las soviéticas. Aquello marcaba los primeros terribles compases del inicio de una Segunda Guerra Mundial que acabaría años más tarde con un continente arrasado. Polonia también estaría marcada por siempre con el Holocausto y el horror nazi de un lugar llamado Auschwitz que evoca a muerte y dolor.
Por su parte Ucrania vivió en sus carnes encarnizadas batallas y continuos genocidios que perpetuaban el horror que vivieron con la gran hambruna del Holodomor. El Frente Oriental golpeó con fuerza en el país ucraniano, donde millones de seres humanos perdían la vida durante el transcurso de la contienda bélica.
Y aquí iba yo con mi mochila , viajando en pleno siglo XXI al terrible pasado del siglo XX. Sin saberlo me adentraba en un mundo de fantasmas y tristes recuerdos que me permitirían conocer la Historia para poder valorar los actuales tiempos de paz que vive Europa.
Pensaba en todo ello cuando aterrizaba en el aeropuerto de Cracovia y estaba iniciando los primeros pasos de una nueva aventura. De nuevo me encontraba con la Historia, una vez el viaje me iba a proporcionar lecciones que iban a permanecer imborrables para el resto de mis días….
Hoy la cita es: » No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas.» Winston Churchill
@Pau: Son viajes muy intensos en los que se aprende mucho al estar en contacto con la historia. El apreciar los recuerdos de aquella triste realidad creo que nos ayuda a valorar la paz y libertad que ahora tenemos. Pero sobre todo creo que nos ayuda a entender de primera mano el sufrimiento y crueldad del ser humano. Abrazo amigo
Lugares duros pero imprescindibles para no olvidar el horror de la historia
Unos lugares llenos de Historia
«Como si de un viaje en el tiempo se tratase, el andar tierras provoca de forma mágica un conjunto de emociones fascinantes que son de los hechos más hermosos que se producen cuando decides ponerte una mochila al hombro y salir a ver mundo.»
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